- Laura
Laura Campos es la ganadora de la duodécima edición del Gran Hermano. La de Parla se hizo con los 300.000 euros del reality más famoso de telecinco en la final rara, en la que un concursante repescado y una pareja formada dentro de la casa de Guadalix se disputaba el premio.
Laura, de 27 años, se ha impuesto así a su 'novio' dentro del concurso, el malagueño Marcelo Ciriaco, y al pontevedrés Yago Carollo, el primer concursante repescado en llegar a una final del Gran Hermano.
La gala final comenzó de 'bajón' y 'mal rollo', ya que los concursantes tuvieron ocasión de ver la tremenda discusión que Laura y Marcelo habían protagonizado esta semana y que, según aseguró Mercedes Milá, a punto estuvo de desembocar en la suspensión de la final de Gran Hermano 12. Según Milá, Telecinco estuvo barajando incluso declarar el premio desierto, una posibilidad que no se materializó gracias al arrepentimiento que mostraron horas después los concursantes de GH al ser conscientes del bochornoso espectáculo protagonizado.
Un total de 80 cámaras y 60 micrófonos han sido testigos de 144 días de concurso, de las idas y venidas entre Laura y Marcelo y de sus intensos 'edredonings'. La historia de amor del 'malaguita' y la de Parla queda tras el final de Gran Hermano 12 en el aire pero, seguro, los platos de Telecinco no tardarán en dar buena cuenta de la marcha de su relación.
Lo tiene todo para vencer: es guapa, grita mucho, llora, es protagonista de la historia de amor más importante de este año y ofrece sexo, mucho sexo. El domingo 26 de diciembre de 2010, la de Parla nos dejó entrever todos sus encantos físicos para su hora sin cámaras con Marcelo. El lunes, la pareja pidió repetir y mientras se dedican a hacer el amor a todas horas para el desespero de sus compañeros.
El viernes día 24 la pareja se peleó, como de costumbre. En esta ocasión, el detonante fueron las quejas de la joven ante el supuesto poco interés amoroso de él sobre ella. Laura pensaba que Marcelo dormía con ella sólo cuando tenían sexo. El de Málaga respondió:
A partir de ahora métete en la ducha. Qué asco de chica, compadre. Dos días después, ambos se preparaban para su cita a oscuras.
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